El águila, la mariposa, la flor de loto y el diamante se transforman por medio de un proceso doloroso, para salir al mundo renovados y resplandecientes.
De igual forma, los seres humanos al desear un cambio debemos tomar la decisión de afrontar las sombras y transformar las creencias subconscientes que nos impiden lograr nuestros deseos.
Así como la flor de lis se manifiesta en la simbología como un nuevo comienzo:
El águila es el ave de mayor longevidad en su especie, llega a vivir hasta setenta años. Para alcanzar esta edad, a los cuarenta años deberá tomar una difícil decisión; sus uñas están apretadas y flexibles, su pico largo y puntiagudo, sus alas están envejecidas, pesadas y sus plumas gruesas. Vivir se hace muy difícil.
El águila solo tiene dos alternativas: morir o enfrentar el doloroso proceso de renovación que dura ciento cincuenta días.
Este proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y golpear su pico contra las rocas hasta conseguir arrancarlo, deberá esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprende una a una sus uñas y talones. Cuando sus nuevas uñas comienzan a nacer empezará a quitarse sus viejas plumas.
Después de cinco meses, ya renovada, el águila puede vivir treinta años más.
La Mariposa hace una metamorfosis pasando de ser una oruga a una criatura delicada y voladora.
Sobrevive en soledad, confrontando el exterior y su desarrollo interno, para ella es doloroso crecer, romper el capullo, sacar sus alas; luchando para no morir, sin poder aceptar que nadie la ayude, todo depende de su propio esfuerzo; vive sus ciclos para cumplir con el objetivo de cada día: ¡Sobrevivir!
En el proceso de transformación de oruga a mariposa, el dolor es necesario porque es ahí donde sus alas salen fuertes y vigorosas.
La flor de loto nace en aguas estancadas y a pesar de eso no se impregna de lodo.
El agua lodosa que acoge la planta está asociada con el apego y los deseos carnales del ser humano, se alza sobre la superficie, abriéndose a plena luz, dándole cara al sol para florecer con remarcable belleza, en la noche la flor se cierra y se hunde bajo el agua.
La flor de loto representa la pureza del corazón, de la mente y la elevación espiritual.
Pasa de ser carbón a un hermoso cristal de inmenso valor. Tiene que estar muchos años bajo tierra, formándose en condiciones de presión y temperatura extrema.
Una vez transformado en una piedra preciosa, el diamante es considerado un conductor de energía positiva, riqueza y éxito.
“La paciencia es muy importante en este proceso”
La palabra Lis es de origen francés, representada en un lirio o iris. Es el símbolo del nuevo comienzo y la transformación. En el Movimiento Scout, simboliza la soberanía, el honor y la lealtad. Es común verla en la cultura inglesa, italiana y francesa (en esta última representa el símbolo de su dinastía y el linaje real).
En la historia, las cualidades divinas son: la belleza, esperanza, perfección, generosidad, la pureza, el honor, es fuente de vida y luz; representa el equilibrio de nuestra energía vital, tiene seis pétalos, tres en la parte inferior y tres en la parte superior, formando dos tetraedros que simbolizan la Estrella de David , la Santísima Trinidad, el equilibrio entre el cielo y la Tierra y el árbol de la vida. El anillo que se encuentra en el centro es símbolo de unidad.
Representada por los rosacruces, la masonería, los egipcios y los chinos; presente en la alquimia sagrada y diferentes religiones desde la antigüedad. En el renacimiento cuando los blasones lograban alcanzar la iluminación (la piedra filosofal) lo relacionaban con la flor de lis.
Las tres hojas inferiores de la flor de lis se relaciona con los tres estados fundamentales del ser y el equilibrio de los chakras inferiores, que con trabajo interior y espiritual mantiene la estabilidad desde el centro de nuestro corazón, conectado con la energía vital que recibimos de la Madre Tierra; logrando integrar los tres chakras superiores.
La flor de lis es un símbolo que se ha manifestado en los niveles de conciencia más sutiles, como la pureza del cuerpo y el alma, transmutando experiencias que los seres humanos han grabado en su código genético para que su conciencia pueda ser libre y conectar con su Divinidad.
