La mente consciente es creativa, lógica y racional, se relaciona con la identidad personal y la espiritualidad. Siempre está en la búsqueda de cumplir nuestros deseos. El comportamiento, las decisiones, acciones y emociones representan un cinco por ciento (5%) de la parte consciente.
Por otro lado, la mente subconsciente constituye el noventa y cinco por ciento (95%) del cerebro, funciona como un mecanismo de grabación y reproducción de nuestros comportamientos de forma automática. Es como una base de datos que almacena programas y conductas. Procesa la información un millón de veces más rápido que la mente consciente.
Los programas del subconsciente facilitan la naturaleza de nuestra vida, ejemplo: cuando aprendemos a conducir con el pasar del tiempo se incorpora como un hábito y se vuelve un mecanismo automático, sin la necesidad de aprenderlo todos los días, una vez que se graba el programa, se activa en el cerebro de forma automática.
Para mayor entendimiento se explicará cuáles son las frecuencias de las ondas cerebrales y cómo ellas influyen en el aprendizaje de la mente consciente y subconsciente:
Es cuando el cerebro se encuentra en actividad, ya sea trabajando, estudiando, entre otras.
Desde el vientre materno la herencia genética se transmite a través del ADN, este es un conjunto de moléculas, que se encuentra en menor medida en las mitocondrias y en mayor medida en el núcleo de la célula, en unas estructuras llamadas cromosomas, allí vienen escritas las instrucciones genéticas que definen cómo funciona la célula, cómo somos y cuándo se tiene que dividir.
Cada especie cuenta con un número de cromosomas específico, el ser humano posee cuarenta y seis ( 46) cromosomas. Todas las células del organismo contienen veintitrés (23) pares de cromosomas , excepto las células sexuales ( espermatozoide y óvulo). La mitad del ADN la recibimos del padre (23 cromosomas) y la otra mitad de nuestra madre (23 cromosomas).
Desde el vientre materno, la información de la madre se transfiere al embrión. Emociones como el amor, la alegría, el entusiasmo, la satisfacción, tristeza, el miedo, enojo, rencor, estrés, se convierten en una señal muy intensa para el bebé, dicha información es externa y aunque no la comprenda logra asimilar y adoptarla como propia, aprendiendo a través de patrones genéticos.
Después del primer año, el niño sube la frecuencia a Theta, la imaginación es una gran aliada en sus primeras experiencias, gracias a ella responde al entorno, actúa como en un estado hipnótico grabando comportamientos y emociones que observa y experimenta a su alrededor.
Al llegar a los siete años, aumenta su actividad cerebral al nivel Alfa, en este estado los niños toman conciencia del mundo que los rodea. A los doce años sube la actividad cerebral a Beta, con una conciencia enfocada en el aprendizaje.
El Sistema Nervioso lee las señales ambientales y la mente las interpreta como información, enviándola a un nivel interno, influyendo en la genética y el comportamiento de nuestras células, órganos y sistemas.
Los pensamientos liberan neuroquímicos y estos controlan la biología, cuando la mente percibe sentimientos agradables como el amor, dicho proceso hace que el cerebro libere hormonas mediante el torrente sanguíneo siendo el caso de la dopamina, caracterizada por la sensación de generar placer, o la oxitocina que es la hormona responsable de crear lazos de unión gracias al sentimiento de amor o amistad. Al estar enamorados, el cerebro libera vasopresina, la hormona encargada de la atracción, nos hace sentir más atractivos, conllevando a que tengamos un excelente acercamiento a nuestra pareja. La hormona del crecimiento también es liberada en el estado de enamoramiento, esto hace que mejore nuestra vitalidad y las células sean más saludables.
Al tener miedo, el cerebro libera hormonas del estrés, siendo estas el cortisol y la norepinefrina, cambiando la circulación del cuerpo, generando químicos que afectan el sistema inmune, creando enfermedades o la muerte.
Los pensamientos positivos manifiestan experiencias agradables en nuestras vidas, mientras que los pensamientos negativos, trabajan en dirección opuesta, estudios revelan que el setenta por ciento (70%) de los pensamientos son negativos, dirigiendo en su mayoría el accionar de los seres humanos.
Al traer a nuestra mente dichos pensamientos, el subconsciente los toma como reales, este proceso hace que los programas aprendidos, heredados o adaptados dirijan todo lo manifestado en nuestras vidas; estos pensamientos negativos no son nuestros, son el resultado de lo que observamos y aprendimos en el entorno, nuestra familia, cultura, colegio, comunidad, medios masivos, entre otros, por consiguiente lo que atraemos a nuestra vida no está en coherencia con lo que realmente deseamos.
La mente subconsciente es la mente de más difícil acceso, identificar las creencias subconscientes y aprender a reprogramarlas es la clave para conectar con todos nuestros deseos más profundos.
Quiero recordarte que puedes seguir disfrutando de nuestro contenido hecho con mucho amor para que tu despertar de conciencia sea más claro y a la hora de identificar tus creencias puedas entender el origen y así ser más práctico (a) para que empieces el camino de la sanación interior y la manifestación verdadera.
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Mi ego, ¿Mi niño interior?